martes, 5 de abril de 2011

LA NOVELA ESPAÑOLA. AÑOS 90


     En el final del siglo XX, la novela española sigue la linea narrativa que inició en los ochenta: contar historias. Una de las tendencias es el acercamiento a la realidad más cercana al autor, y la exposición de problemáticas que se debaten en la sociedad. No se trata de realizar una crítica, ni una apología de personajes o situaciones, sino más bien exponer un estado de la cuestión. Como reflejo de su época, la novela aborda temas que preocupan al lector, y que contribuyen, además, al debate social. No son los grandes temas trascendentales, existenciales, sino que son las relaciones humanas más cotidianas las que pueblan las páginas de las novelas de los 90.





     Uno de los géneros que alcanzan mayor auge y popularidad es la novela histórica. No es un género novedoso en la literatura española, está muy presente en la tradición del Romanticismo, sobre todo, y, como veíamos, en los años de la posguerra. Pero en ambas épocas la tendencia era la misma: la exaltación de los valores épicos y morales del héroe protagonista. Por contra, esta nueva novela histórica realiza una revisión de la historia oficial hasta ahora contada, donde ni los buenos fueron tan buenos ni los malos lo fueron siempre. Desde las épocas más doradas hasta las más oscuras de la historia se investigan, se verifican y se convierten de nuevo en historias de ficción.




     
     La novela española recupera las tendencias más actuales en cuanto a géneros, equiparándose así a la literatura europea finisecular.  La intriga política, la novela negra, el relato humorístico, la biografía, la novela coral, los libros de relatos, la novela de misterio, de terror,... restauran la dignidad a unos géneros con gran tradición en la literatura española pero que habían quedado relegados al ámbito de las publicaciones más populistas, y, por ende, más denostadas por la crítica formal.

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