martes, 5 de abril de 2011

LA NOVELA ESPAÑOLA. AÑOS 1940-50





La novela de posguerra sigue dos tendencias: una, de exaltación del bando vencedor, de los valores cristianos, la heroicidad, la familia, la resignación.  Pero las grandes obras de esta época se circunscriben en otros parámetros: la dificultad de la comunicación, el destino humano, la injusticia. Hay que tener en cuenta que en estos años todas las obras se sometían a la censura del gobierno franquista, por lo que los autores, más que hacer una crítica abierta, transcriben un reflejo de la realidad más dura para de­nunciar lo injusto de la misma con el propósito de buscar su transformación. La acción presenta en muchas ocasiones situaciones de gran dureza; los personajes son seres marginados, violentos u oprimidos; se mueven en un espacio limitado, la celda de una cárcel, un pabellón de un hospital, etcétera., o en la opresión del ambiente rural o familiar; se reflejan las severas, incluso miserables, condiciones de vida del proletariado urbano y del campesinado más pobre, y se retrata a la burguesía más superficial e insolidaria.

En el aspecto estilístico, es frecuente el uso de la primera persona, con la que un personaje cuenta su vida evocando el pasado. Se utiliza un lenguaje duro, propio del habla de los personajes más bajos, sin manipulación ni adorno. La narración es lineal y realista. Es un relato objetivo, el narrador es observador de la realidad y se comporta como una cámara de cine. El lenguaje, los diálogos, tienen un estilo directo y sencillo. El personaje colectivo tiene mucha importancia, el pueblo, el barrio, la ciudad, como conjunto de seres que viven, se comportan y actúan de determinada manera.

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